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Vehiculos viajeros

Vehiculos viajeros

Caminante Solitario

Soy Fabián y quiero contarles la historia de un hombre de ciudad, que en su mundo la jungla de cemento no se da cuenta que persigue el éxito dejando de lado a su amor. Trabaja a desgano, pues se siente abatido jamás escucha a la mujer que se va alejando. La mañana del seis de septiembre fue distinta, se mira al espejo y es cuando siente un desprecio por su persona, por no haber logrado dinero en su vida. Para él ser un hombre que no logró las cosas materiales es fracasar. Tiene un vacío en su alma ¡qué risa me da! Si a la vez es un soñador, sí, demasiado volador, todo el día vive en las nubes, sólo le falta el coraje para cumplir esos vuelos soñadores. Su vida pasa con los ojos abiertos, dejando la frase al viento, ¡no comprendo! Esa mañana sería distinta le cambiará la vida sin que él lo sepa, cuando se dirige a la parada del colectivo como todos los días saluda a su vecina dónde ella le grita:



-Piter hay paro de bondis, no andan.



El contesta con un gesto de no me importa a la amable vecina. Siguió caminando y sin darse cuenta apagó su celular. De su mente sólo le salía la frase ¡no comprendo! Desde su barrio Villa Urquiza caminó hasta Corrientes y 9 de julio, miró el coloso blanco y frente a esa imagen del obelisco se persignó como si fuera la cruz de Cristo. Resando el padre nuestro en la inmensidad de la 9 de julio vió un hombre que dormía tapado con cartones, la gente lo esquivaba como si fuera una caja de cartones, una mujer fina de piernas distinguidas y tacos elegantes le pisó la mano gritando:



-Viejo de porquería, cartonero sucio.



El anciano sólo escondió su mano herida, Piter siguió mirando sorprendido como una abuela de pelo plata vestida de ropa cara llegó en ese momento, sacando los cartones y dejando sobre su cuerpo una frazada, al costado dejó un termo y llevó otro. Las lagrimas de Piter se transformaron en llanto, empezó a correr gritando ¡no comprendo! Tomó de los hombros a un niño gritándole no comprendo, éste pequeño muchacho huyó despavorido.



Un cafetero ambulante le comenta a un cliente:



-No se haga problema señor, es un hombre de ciudad, enfermo de ciudad, todos los días los veo cuando intento ganarme el mango, son locos, enfermos de ciudad.



Piter paró su corrida frente al cafetero y éste con tono de mal humor le preguntó:



-¿Qué querés?



-Dos cafés con leche con esas medialunas que tenes ahí.



-Sí tomá, son diez pesos.



Piter sólo lo miró y por dentro decía, que hombre pobre, pasa los días sin apreciar nada, y yo por lo tanto ¡no comprendo! Como puede haber personas tan frías, con las manos llenas se arrimó al viejito, lo habló y no respondía, con palabras dulces, suaves le ofreció el café con leche, dónde él respondió:



-¿Qué pretendes?



-Solo quiero compartir un rato contigo si no te ofendes.



-Nooo para nada.



-¿Cómo te llamas?



-José ¿y tú? -Piter.



-No te ofendas José, tengo mucha curiosidad de saber cómo llegaste a esta situación, ¿por favor me cuentas?



-Está bien Piter, viniste con mucha humildad y te contaré porque tu rostro está triste y tus ojos están mojados, seca esas lágrimas y ven siéntate a mi lado.



-Tuve una vida como muchas de las personas que están caminando aquí, ilusionados. Hasta un título.



-Piter: Queee un título, ¿Cuál?



-Aprende a escuchar y no interrumpas.



-Bueno, bueno perdón.



-Como te decía, un título de ingeniero en computación. Tuve el poder de manejar gente y dinero, casa lujosa en un country muy prestigioso, tampoco faltó el auto caro, lo tuve todo. Amigos, puf, sólo por el dinero y de mi poder. Pero el día aquel que me dirigía a mi oficina, escuchando mi programa preferido de Ruta 40 Un viaje soñado, un hombre que me hacía soñar, sus palabras eran tan alentadoras, éste locutor me gritó por la radio y sentí que me hablaba a mí:



-Si estás manejando para tu auto, para no sigas, escuchen con toda su atención:



Hombre de ciudad, para tu carrera, detente, sólo mira a tu interior, corre a tu ser amado y dile que la amas, esta carrera loca no te deja disfrutar, te puede matar.



-Por los parlantes del auto sentí que esas palabras eran un mensaje celestial, tomé mi celular, llamé a la oficina, hoy no voy a trabajar, mañana veré. Dí la vuelta y volví a mi casa lujosa y fue cuando ví a mi mujer acostada con mi mejor amigo al cual yo le dí todo, y cuando digo todo es todo, dinero, trabajo, estudio. Sólo los mire desnudos en mi cama y me retiré sin decirles nada. En esa vidriera de enfrente vi a mi mujer llorando en un programa de chimentos, pidiendo que vuelva. Jajaja, me reí tanto.



-Piter: José, ¿cuánto tiempo hace que ocurrió tan horrible película?



-No sé, perdí el tiempo, hace muchos años, solo sé que hace muchos, muchos años y aquí estoy sólo, dejando que algún día Dios se acuerde de mí y me lleve.



Piter volvió a correr gritando, ¡no comprendo, no comprendo, no comprendo!, irónicamente José corría detrás de él, yo tampoco comprendo, yo tampoco. Luego se abrazaron fuertes como si se conocieran de toda la vida.



-José: parecemos dos locos, mira como nos mira la gente.



-Piter: Chau amigo me voy a casa y no dejes de ir a la tuya, esa película horrible que miraste, no tenías que retirarte sin mirar el final. Tú en tu desesperación dejaste que el final fuera horrible para ti.



Por otro lado su mujer Indi, que es el nombre que le dio Piter cuando ella hablaba de viajar por la R40, despectivamente se refería a Indi por no decirle Indígena, como si fuera horrible tratarla de indígena.



Ella estaba cansada de que Piter no la escuche, que no compartiera sus ideales, sueños, todo el día quiso llamarlo pero él tenía el celular apagado y fue cuando ella tomó una decisión que tantos años tenía en sus sueños. Llevó su segundo amor, una furgoneta Citroën 3cv modelo 1978 al lavadero, lavó, engrasó, enceró y lleno el tanque. Pasó por el kiosco de revista en frente de su casa y le dijo al canillita Pepe:



-Si viene Piter decile que me fui a la R40 y que se olvide de mí. Ah me olvidaba, tomá mi celular, no quiero que me moleste, me voy a cumplir un sueño.



Indi durante estos años había leído todo sobre la Ruta 40, los mapas los recorrió a todos, sabía más de la 40 que aquella persona que la había recorrido, su sueño era transitarla con su furgoneta en toda su plenitud, ella simpáticamente la llamaba “Lla llego”, le encanta resaltar su nombre con la elle.



Un mes atrás ella había comprado una cámara digital, donde quería tomar fotos a lo largo de los 5200 kms que tiene la R40. Cargó todo lo que pudo, tenía prisa, no quería cruzarse con Piter, éste seguro que un pero le encontraría y por lo tanto no la dejaría viajar y así a las apuradas salió sola con su música romántica cantando alegre, una bella canción de Dyango y recordando lo que le había sucedido a la mañana, que al llegar a su trabajo, su jefe la llamó a la oficina y le dijo:



- Estás despedida, como vos sabes estoy enamorado de ti y prefiero no verte más, acá tenes tu plata, pero andate, me hace mal verte sin que me des una ilusión.



-Indi: Viejo de mierda, ándate a cagar, si no servís para nada.



Con sus palabras dulces sacó todo el enojo mientras seguía su andar su mente confundida le daba su imagen de una flor silvestre reposada en una piedra, mientras cantaba: Subamos a la rana y vivamos nuestro viajar, con un freno a la vida, aprendamos a soñar. Indi loquísima y feliz de viajar en su rana Citroën.



Piter desesperado llegó corriendo al barrio, mientras veía que la furgoneta doblaba en la esquina.



-Piter: Pepe, ¿dónde va Indi, no te dijo nada?



-Si Piter, me esperás, cierro el puesto y tomamos un café.



-No, ¿Dónde fue?



Insistía Piter desesperado.



-Pepe: querés saber, toma.



Y le arrojó en el pecho un mapa de la R40, ahí se fue y me dejó su celular, me dijo que te lo diera y que no volvería.



-Piter: no comprendo Pepe, sé que es su sueño, pero se fue, me dejó sólo, ¿Qué pasa?



Corrió, tomó unos pocos pesos guardados, el abrigo del abuelo, una linterna y algunas mudas de ropa, salió corriendo con el mapa en la mano. Pepe quedó atónito, estos locos en que van a terminar, están enfermos de este encierro de cemento. Piter trataba de recordar lo que ella le contaba de la Ruta 40, el caminaba y de a rato corría, -¿dónde voy mi dios? Fue cuando se acordó de la amiga de Indi y la llamó con el celular de ella.



-Piter: hola Sandra, Indi se fue a la R40.



-Sandra: ¿cómo, se fue? Llupi, llupi, se fue.



-Piter: Sandra decime, ella no te dijo jamás por donde iría primero, si hacía el sur o hacía el norte.



-No tonto, si la hubieras escuchado, seguro que sabrías.



-Gracias Sandra. Y cortó re enojado.



Y en que me voy, si no se manejar, ni siquiera tengo auto. ¿Dónde era que esta mujer quería ir? Al norte o al sur, y bueno dios lo dejo en tus manos, espero que todo me salga bien. Y si me voy en camión, anda más rápido que esa carcacha que tiene ella, auto feo que va lerdo.







CONTINUARA...



ESTE ES EL COMIENZO DE UNA HISTORIA QUE DIA A DIA HABLA DEL AMOR POR NUESTRO PAIS Y UN CITROEN 3CV.